Empatía y Covid19 (I): Retos



Tras semanas de confinamiento a diferentes niveles en buena parte del mundo y una implantación casi masiva del trabajo en remoto en la mayoría de sectores, los análisis económicos y sociales de toda índole, van dando pie a otras reflexiones menos tangibles pero igual de relevantes.

La repercusión emocional que esta crisis está teniendo en diferentes colectivos empieza a ocupar un lugar casi permanente en muchas cabeceras de primera línea. En relativamente poco tiempo hemos pasado de ver las emociones como el gran elefante en la habitación, que todos vemos pero del que todos evitamos hablar, a verlo como un tema central en cualquier agenda de gestión.

Las emociones, a pesar de su intangibilidad, condionan nuestra realidad y la de quien nos rodea, desde el trabajo en equipo hasta la consecución de objetivos, es por ello que su gestión, o la ausencia de la misma, es de hecho un condicionante clave para el desempeño excelente de equipos y organizaciones.

Las emociones conectan con el ser humano de forma inmediata, bien lo saben empresas como Pixar, que se ha diferenciado de otros estudios históricos de animación jugando la baza de las emociones: Coches con emociones, Juguetes con emociones, emociones con emociones, dinosaurios con emociones, muertos con emociones...

Uno de los principales mecanismos de gestión emocional es sin duda la empatía. Es curioso el efecto que tiene este tema en las aulas de formación, con caras en la audiencia del tipo "Esto es lo de ponerse en los zapatos del otro ¿no? esto ya me lo se...next", es aquí cuando afloran los RETOS de entender y aplicar este concepto, más aún en un escenario de profunda incertidumbre como el actual:

  • Más allá de los zapatos del otro: Trascender las definiciones de manual o los tópicos entorno a la empatía es un punto clave, ¿es siempre buena? ¿qué implica la sobreempatía? tratar este concepto a nivel superficial lo vacía de su contenido más potente.
  • Giro individualista: En un contexto de crisis profunda y prolongada los resortes de "supervivencia individual" van cobrando más peso en las interacciones diarias, haciendo más díficil adoptar posiciones ajenas a los propios intereses.
  • Distaciamiento emocional: Con la desaparición de la mayoría de interacciones sociales presenciales a nivel profesional y el imperativo sanitario del distanciamiento social ha aflorado un sentimiento de eficiencia pero tambien un progresivo enfriamiento emocional, muchas de las cosas que se decían a la cara no están traspasando la frialdad de la pantalla.
  • Inmediatez y sobrecarga: La situación actual está poniendo a muchas organizaciones en una situación complicada en lo que se refiere al mantenimiento de las operaciones, los ciclos de ideación, creación y entrega se han acortado, repercutiendo en una inversión de tiempo sensible, lo que puede estar desplazando del mapa a la empatía por prioridades más "tangibles".

Aunque pueda parecer poco favorable el escenario en el que nos movemos por el calibre de los retos descritos, el primer paso para buscar salidas es tener un mapa, aunque sea un boceto, en la próxima entrada de este blog abordaremos las claves para avanzar hacia una gestión más emocional y empática, mientras os animo a comentar sobre estas lineas, sois bienvenidos!

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