Reconexión: Empatía en la vuelta



Cuando los soldados de los grandes conflictos del siglo pasado leían en los periodicos de la época aquello de "La guerra ha terminado" pasaban a experimentar una doble sensación: Alivio por el final del conflicto e incertidubre por tener que volver a una realidad que no sabían si existiría, colgar el fusil para retomar el oficio que había quedado atrás. Son numerosos los testimonios de veteranos que tras las celebraciones de bienvenida describen una sensación de vacío y en muchas ocasiones una dificultad notable para reintegrarse en una sociedad que seguía su ritmo y su rutina.

En este periodo previo al periodo vacacional más importante del año, las organizaciones siguen buscando la mejor manera de retomar la "normalidad" de la mejor forma posible, compaginando intereses de económicos y humanos de la mejor forma posible. Básicamente nos estamos encontrando con dos modelos de regeso: 1) Las organizaciones que no se plantean volver a las oficinas en el corto plazo y que postergan la decisión a la vuelta de las vacaciones o incluso hasta final de año y 2) Las empresas que han implementado un protocolo más o menos complejo de vuelta y que ya están volviendo.

Estos protocolos de vuelta tienen como eje vertebral el garantizar la salud física de los empleados, implementando los procesos necesarios para minimizar el contagio en el espacio de oficina, lo que se traduce básicamente en: Reducción significativa de lugares de trabajo disponibles, códigos de vestimenta más flexibles, reuniones de aforo limitado y un chequeo sanitario de mayor o menor fiabilidad.

El mensaje es similar al descrito al inicio de este artículo: "Gracias por tu esfuerzo y sacrificio, volvamos ahora a la normalidad". Sin embargo nos encontramos que dentro de estos protocolos de vuelta la protagonista es la "nueva normalidad" en si misma y no las personas que tienen que asumirla y hacer que ocurra. En este sentido los procesos de escucha se vuelven clave para entender cómo ha sido la experiencia del confinamiento para el equipo y cómo esta experiencia puede afectar a su desarrollo futuro. Enfocar estas cuestiones en meros términos de eficiencias y costes volvería a dejar de lado la parte más humana de esta crisis que muchos siguen atravesando.

Una de las preguntas que se repiten en las numerosas encuestas que se están generando en las organizaciones que han decidido volver a la oficina gira entorno al sentimiento de desvinculación o "Desconexión" con la organización, y uno de los mecanismos que sigue siendo clave para la promoción de esta "Reconexión" es la empatía y los procesos de escucha activa. Habilitar espacios libres de juicio donde se permita hablar a aquellos colectivos más afectados por la crisis puede resultar un acelerador auténtico para esta reconexión. En ocasiones las organizaciones o los proyectos ya cuentan con estos espacios tales como los procesos de townhall, mentoring, tutorias o coaching. Activar estos mecanismos y orientarlos a entender cómo ha vivido el equipo esta crisis pasa por ser un hito clave en el vuelta a la normalidad.

El hecho de que el teletrabajo se haya extendido de forma masiva ha promovido el debate respecto a su nivel de utilidad y eficiencia, debate álgido más aun en nuestras organizaciones aun predominantemente presencialistas y desconfiadas ante la descentralización. Sin embargo el análisis queda truncado al profundizar en las condiciones de ese ejercicio de teletrabajo: estando al cuidado de niños, de mayores o viviendo una condición de riesgo por motivos de salud. Es bajo esta premisa que se generan algunas preguntas: ¿Se ha tenido en cuenta el nivel de demanda para determinados colectivos? ¿Se está teniendo en cuenta en este proceso de vuelta?

"Yo soy yo y mis circunstancias" la frase del filósofo español Jose Ortega y Gasset viene a sintetizar a la perfección la situación personal y laboral que muchos están viviendo ahora mismo, cuando las organizaciones borran el renglón de las "circunstancias" la reconexión se vuleve más un ejercicio de dogma que de hechos. Promover la cercanía y la escucha de aquellos colectivos cuyas circunstancias los hacen más vulnerables debe ser un ejercicio clave ahora que hay que "volver a la normalidad".

Comentarios

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